viernes, 20 de marzo de 2015

Una declaración de intenciones


Hoy lanzamos la nueva web, el primer post de nuestro –también nuevo- blog ya está escrito, son las 9.35 de la mañana y tengo muchísimas cosas que hacer para que todo esté listo, y, sin embargo, ahora mismo, me parece que es muchísimo más importante escribir esto que hacer todas esas cosas.

Sé que si tuviera 2 dedos de frente dejaría esta entrada para la semana que viene, pero es que ahora me parece que no podemos empezar esta nueva aventura sin contaros donde está el corazón de Tipi-Too, de dónde nacen nuestros productos, que nos hace decantarnos por unas cosas y no por otras… donde está, en definitiva, nuestro alma.

Muchas veces nos preguntan que somos, que fabricamos, ¿Juguetes o decoración? y la contestación siempre es la misma ¿es obligatorio posicionarse?, nosotras lo vemos como 2 extremos de una misma  línea, y nuestros productos se colocan en un punto intermedio, unas veces más cerca del juguete (por ejemplo el caballo, o las coronas), otras veces más cerca del producto decorativo (es el caso de los banderines y las guirnaldas) pero en todos convive esta dualidad, es una cuestión de proporciones.





¿Por qué hay que decantarse? ¿Acaso lo hacen los niños? pues no, ellos hacen todo lo contrario, cogen un “producto práctico” (por ejemplo, una sábana) y crean con ella un “objeto mágico” (por ejemplo, una cabaña), y es esa increíble transformación la que nos motiva, queremos hacer productos que decoren y que inspiren, potencien o inicien el juego, sabiendo que siempre el protagonista será el juego, nunca el juguete, pensamos productos versátiles y que se adapten a mil situaciones, que en un momento puedan ser una almohada, un momento después un dinosaurio y después un cojín.

Somos claras defensoras del juego desestructurado, creemos que los momentos más increíbles de los niños son cuando es su imaginación la que juega, y no hay producto que pueda competir con esa magia, por eso, nuestros productos no tienen una sola función, no sirven para una sola cosa, nuestra inspiración está en el campo, en el parque y en el patio, nosotras observamos lo que hacen los niños con los objetos y le damos una pequeña vueltita para convertirlo en un producto, nuestro caballo nació de ver al más pequeño de nuestra manada trotar sobre una escoba, y el puff con forma de estrella porque el hijo de un  amigo nos preguntó ¿esta estrella es un poco pequeña o es que mi culo es muy grande? Porque él, con toda su lógica, dio por hecho que si había una estrella lo mejor era sentarse sobre ella… ¡era imposible no darle la razón!







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